Algunos, los
que leísteis el artículo que le dediqué, os acordaréis de esta mujer oriunda de
la ciudad sueca de Gothenburg. Para los que no, incluyo enlace. Finalmente, tras ser detenida por haber
encontrado en su domicilio un esqueleto humano entero, cinco cráneos y diversos
huesos, fue llevada ante un tribunal para ser juzgada por “perturbar la paz de
los muertos” y usar aquéllos de manera “vergonzosa”
y “nada ética”, tal y como informó la
fiscal Kristina Ehrenborg-Staffas, delito castigado con hasta dos años de
prisión por la Ley
sueca. ¡Sic! Todos esos restos andaban dando vueltas por una morgue desde hace
más de cincuenta años. Se me ocurre que no es esa la idea exacta de
tranquilidad que pueda hacerse una, pero en fin…
El tribunal de Gothenburg comenzó el juicio
bajo la acusación de comprar y vender partes de esqueletos humanos y de usarlos
para juegos sexuales. Las pruebas incluían fotos de la mujer con los restos,
algunas en su cama o posando con un osito panda y una bandera de la extinta Unión
Soviética.
Además, junto con los restos humanos, la
sueca guardaba un taladro, bolsas para cadáveres, fotografías de morgues –tenía
el código de acceso a la morgue local- y de ella teniendo sexo con un
esqueleto, además de dos CDs intitulados Mi
necrofilia y Mi primera experiencia.
También descubrieron una intervención en un
foro en Internet en el que anuncia
que abrirá una página web con fotos
pornográficas "con hermosos hombres
y mujeres muertos". Igualmente, había dejado escrito "me gusta mi hombre como sea, esté vivo
o muerto. Me permite encontrar la felicidad sexual”; y “mi moral establece mis límites y estoy preparada para aceptar mi
castigo si tuviera que pasar, porque valió la pena”.
En una larga
confesión escrita contenida en Mi necrofilia, afirma ser necrófila desde la
niñez y que esos sentimientos adquirieron un carácter sexual en la pubertad.
En la apertura
del juicio, la mujer negó de nuevo a través de su abogada todas las acusaciones
y resaltó que su afición por los esqueletos obedece a un interés histórico y
que no los ha tratado de forma vejatoria.
Según un examen psiquiátrico preliminar, la
acusada no padece ningún trastorno mental grave.
La mujer, que ha permanecido en prisión
preventiva desde su arresto en septiembre, nunca ha ejercido una actividad
profesional y vive de la ayuda de los servicios sociales.
Finalmente fue condenada a tareas
comunitarias y a asistir a tratamiento psiquiátrico acusada de sustraer huesos
de una morgue.
¿Qué queréis que os diga? Bajo mi punto de
vista y analizando la cuestión objetivamente, no encuentro que esta chica haya
hecho nada malo. Si hubiese profanado alguna sepultura para hacerse con los
restos, podría acusársele moralmente por el daño causado a las familias, pero
tratándose de huesos anónimos que llevaban más de 50 años dando vueltas por una
morgue, se me ocurre que no les ha dado un destino peor que el que allí tenían.
Incluso, los que quedaron en su casa, tuvieron uno bastante mejor, por cuanto
fueron cuidados por ella con cariño y esmero.
Por otro lado, el análisis subjetivo me leva
a simpatizar enormemente con ella. Varios de mis relatos tienen una clara
inspiración necrófila. Realmente, me gustaría poder algún día sentarme con ella
para charlar acerca de todo esto e intercambiar impresiones. Para una autora
dedicada al género del terror gótico, dicha posibilidad no tendría precio. Fotos reales de la necrófila y los restos.
Fotos reales de la mujer y los huesos hallados en su domicilio. Click para ampliar las imágenes.
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