Los historiadores
coinciden de forma unánime en declarar a Alemania la tierra por excelencia de la brujería y, por
tanto, de la actuación inquisitorial. En el
periodo histórico en que desarrollamos este análisis de los procesos, el país se hallaba fraccionado por cerca de trescientos territorios autónomos, sujetos a la autoridad del Sacro Imperio Romano-germánico. Pese a la aplicación estricta del Código Carolingio (1532) en que muerte y tortura eran las penas comunes a los delitos de brujería, cada Estado -protestantes unos y católicos otros- aplicaba justicia con criterios
independientes, casi siempre en exceso, La «caza de brujas» en Alemania tuvo dos momentos culminantes: después de la Contrareforma (1570)
y durante la llamada «guerra de los treinta años» (1618-1648) y justo en
aquellos territorios gobernados por autoridades eclesiásticas Tréveris Estrasburgo, Breslau, Würzburg y Bamberg, entre
otras ciudades, guardan memoria de célebres
procesos distinguidos por lo general
en todo el país por un concepto especial
de la crueldad con que se desarrollaron, El proceso contra las brujas de Bamberg nos servirá de punto de referencia.
Bamberg parecía vivir
un tanto al margen de la corriente brujeril que azotaba a otras poblaciones.
Con la llegada del obispo Juan Gottfried en 1609, la situación se
encrespó y durante su mandato fueron quemadas unas
trescientas personas acusadas de brujería El prelado de Bamberg
vivía, al parecer, obsesionado por los buenos resultados derivados de la
actuación de su primo Adolfo de Ehrenberg, también obispo, que había ordenado
la ejecución de novecientos sospechosos. Juan Georg II, encargado de reaunudar
las persecuciones entre 1624 y 1627, ideó una cárcel singular -Drudenhaus-,
capaz de albergar entre treinta y cuarenta prisioneros y muestra ejemplar de
los sistemas de tortura más sofisticados para arrancar la verdad a los herejes. De
esta «casa» se hicieron réplicas en otras localidades, como Zeil, Kronach y
Hallstadt. En poco menos de tres años, el comisario inquisidor Ernesto Vasolt
llevó a cabo la
ejecución de cuatrocientas personas, todas
ellas apresadas por el procedimiento de la denuncia. Bamberg era citada como ciudad a imitar, pues el brazo secular no distinguía
entre el pueblo bajo y personalidades de la aristocracia; en 1631 se llegó a procesar al tesorero del obispo. La causa seguida contra la esposa de un
acaudalado ciudadano, llamada Dorotea Block,
en cuyo desarrollo no se permitió la asistencia de abogado, propició una desbandada
a sitios más seguros de los atemorizados
vecinos de Bamberg Los juicios y las
sentencias, de otro lado, se sucedían apenas sin interrupción, de modo que no
había tiempo a apelaciones ni recursos.
Los métodos empleados en las cárceles, aun siendo comunes en escenarios distintos, tuvieron en Bamberg una referencia lineal de ascendente crueldad. Al uso de las clásicas empulgueras, de los tornos
flagelación y el potro, los reos sufrían tormentos especiales con cepos dotados de púas de hierro, con la estrapada, el
frotamiento del cuello con una cuerda hasta
alcanzar el hueso, los baños de agua helada, la aplicación de ascuas bajo las axilas y en las ingles, el reclinatorio
de flechas de madera afiladas, la alimentación a base de arenques en salmuera y privación de agua, baños de agua
hirviente con cal añadida y, por último,
mutilaciones de manos y pechos, esto
con tenazas calentadas al rojo.
La fama de
los torturadores de Bamberg corrió pareja a la relación de torturas
aplicadas, que en muchos casos dejaban sin vida a los detenidos. El
relato de un huido de la Drudenhaus de Bamberg sirvió al
confesor del emperador, el padre Lamormaini, para implorar de la máxima
autoridad que impidiera tanta injusticia, bajo la amenaza de negarle la
absolución y dificultar la ascensión al trono del príncipe heredero. Fernando II ordenó una
investigación y a partir de 1631 cesaron
prácticamente las ejecuciones en
Bamberg, cuyo sanguinario obispo
moría un año después. Pese a la intervención del monarca, el prelado aún
sentenció en 1630 a veinticuatro acusados
de brujería.
siempre el fanatismo!!!! y abuso de vivales que aprovechan la ignorancia.
ResponderEliminarsiempre el fanatismo!!!! y abuso de vivales que aprovechan la ignorancia.
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