En los suburbios de París, una
pareja se hospeda en un hostal de mala muerte, su clientela habitual
constituida por inmigrantes sin recursos, prostitutas baratas y maleantes. Insalubre
y sucio, las más básicas condiciones de higiene rozando los mínimos requeridos.
Sus manos entrelazadas, tumbados boca arriba sobre el colchón, ajenos a las
cucarachas que, de tanto en tanto, corretean sobre su piel.
Completamente desnudos, empapados en sudor, su mirada permanece fija en
algún punto del techo, viendo más allá de las formas, trascendido por su
consciencia lo puramente físico para explorar lo astral. Su carne permanece en
este mundo, pero su más verdadera esencia viaja por otros lejanos, en los
cuales aquél no resulta sino vago sueño apenas recordado.
Llevan así más de dos días, sin
que durante éstos haya mediado entre ellos contacto físico más allá del que une
sus dedos. No obstante, en un plano que trasciende las fronteras de lo material
y aun de lo mental, Thusiraz y Gloria
viajan por otros mundos mucho más unidos de lo que jamás nadie podrá llegar a
estarlo en éste, sus dobles etéreos indagando aquéllos. Experiencia totalmente
novedosa para la mujer, que ya ni siquiera recuerda cómo accedió a tal estado.
Ocurrió en otro universo... en otra vida.
Juntos se aproximaban ahora a los
de abajo, las sobrecogedoras regiones infernales donde el hombre se enfrenta a
sí mismo, volviendo la cara hacia ese abismo mental que le aterroriza y evita
mirar, reviviendo acciones conjuntamente vencidas en otros tiempos con la misma
audacia que les es inherente.
En un momento dado, Gloria
comprende que algo ha ocurrido. Es incapaz de moverse. No puede avanzar ni
retroceder, inmovilizada en una estrecha banda vibratoria. Al instante entiende
que se haya atrapada en una franja que separa dos dimensiones… esa franja que
el ser humano conoce con el nombre de muerte.
Siente su cuerpo etéreo poderosamente
atraído hacia la pesada carcasa carnal que dejó en la realidad física. Puede
percibir murmullos. Alguien se debate angustiosamente en la habitación del
mísero hostal. Como en un sueño, ve a Jörmundgand
inclinarse sobre ella. Le sonríe tranquilizándola, a la vez que le tiende una
fuente de cristal conteniendo un líquido espeso y rojo. Con la mano que le
queda libre, toma su cabeza por detrás para ayudarla a incorporarse un poco y
beber. Sabe que lo que está tomando es sangre humana.
Un instante después ha regresado
al plano astral. La franja ya no la retiene. La muerte ya no representa para
ellos una frontera insalvable. Imbuidos de inmortalidad por el poder del vital
elixir, en adelante no les sería posible morir. Había despertado en ellos la
consciencia viviente en ésta, con lo cual les había sido concedido el don de la
imperecibilidad. En lo sucesivo podrían revivir en sus descendientes, suyo el
poder de despertar conscientes en la sangre.
Libres pues de las cadenas que
les lastraban, continuaron su viaje común hacia el inframundo.
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“Lucifer odia a Satán” es la historia de un ser en cuya naturaleza se
mezcla lo demoníaco con lo divino, que vive un drama de proporciones humanamente
inimaginables atrapado entre dos mundos, insertada la trama en el contexto de la
tradicional rivalidad entre las sectas satánicas y luciferinas, las cuales, al
contrario de lo que pueda pensar el lego, vienen a ser cosas muy distintas.
Una novela de terror gótico por cuyas páginas desfilarán seres
interdimensionales y en la cual asistiremos a siniestros rituales de magia
negra y duelos a muerte entre nigromantes. En medio de todo, unos jóvenes implicados
de la forma más casual, pero completamente, hasta el punto de verse
condicionados por las circunstancias a tomar partido, sus vidas por garantía en
la apuesta.
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