viernes, 18 de octubre de 2013

EL HORRIBLE ASESINO DEL HACHA DE LA CASA DE VILLISCA (EEUU)



En una fría noche de junio, se vivió en Villisca (Iowa) uno de los episodios más escalofriantes de la historia de los EEUU. Los cuerpos de seis niños y dos adultos fueron encontrados mutilados y sin vida en el interior de su hogar, asesinados brutalmente por su verdugo con un hacha.


Artículo confeccionado por Ana Negra y Alma Negra.

Imagen de portada: Alma Negra a partir de una fotografía propia y otra ajena.

Resto de imágenes: Halladas en Google.

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*Las porciones de texto acotadas entre asteriscos, son comentarios y aportaciones personales de Ana Negra y/o Alma negra.*

En una calle residencial tranquila en el pequeño pueblo de Villisca en Iowa, se encuentra una antigua casa de madera blanca. En una noche oscura, la ausencia de luces y sonidos son la primera indicación a los visitantes de que esta casa es diferente de las otras casas que la rodean. Tras una inspección más cercana, uno se da cuenta de que sus puertas y ventanas están herméticamente cerradas y cubiertas. Una letrina en el patio trasero sugiere que esta casa no ocupa un lugar en el siglo XXI, pero de alguna manera pertenece a otra época y otra historia.

Por desgracia para los ciudadanos de esta comunidad muy unida, el 10 de junio de 1912, la tranquilidad de este pueblo fue destrozada por el descubrimiento de los asesinatos de la familia Moore, conocidos y queridos residentes de Villisca y dos invitadas, asesinados durante la noche en sus camas. A partir de entonces durante más de cien años sus residentes han visto como su pueblo se ha hecho famoso no por ser un bonito y acogedor lugar sino por la palabra indígena “Wallisca”, que significa “espíritu maligno”.

Las paredes siguen protegiendo la identidad del asesino o asesinos que acabaron brutalmente con la vida de toda la familia de Josías Moore y dos invitadas durante la noche del 10 de junio de 1912. Cien años después, su secreto sigue atrayendo a muchos visitantes a su puerta.

Según varios expertos en el campo de lo paranormal, esta casa de Villisca concentra mucha energía. Las visitas de los investigadores especializados han aportado “evidencias” en audio, video y fotografías que, según ellos, sugieren actividad paranormal. Los Tours han sido interrumpidos por supuestas voces de niños, lámparas que caen, escaleras móviles y objetos que vuelan. Los psíquicos afirman la presencia de espíritus que habitan en el hogar y muchos aseguran haberse  comunicado con ellos.

Josías B. Moore fue uno de los empresarios más prominentes de Villisca. Josías se casó con Sarah Montgomery el 6 de diciembre de 1899 en la casa de sus padres. Josías y Sarah Moore tuvieron cuatro hijos, Herman, Katherine, Boyd y Pablo. Josías había sido residente de Villisca durante trece años y fue empleado por Frank Jones en la tienda de este durante nueve años.

Sarah Montgomery (Moore) nació en el Condado de Knox, Illinois en 1873 y se mudó a Iowa con sus padres, el señor y la señora de John Montgomery y su hermana, María, aproximadamente en 1894. Tenía treinta y nueve años de edad y era madre de cuatro hijos cuando fue asesinada en su cama. Era una mujer ejemplar y era miembro activo de la iglesia presbiteriana.

El domingo 9 de junio, Ina y Lena Stillinger, las hijas de los Stillinger, dejaron su casa para asistir a la iglesia en donde se celebraba el Día de los Niños. Tras los ejercicios religiosos tenían previsto volver a casa pero fueron invitadas por Katherine Moore a pasar la noche en su casa con ella.

Arriba los niños Moore y abajo las niñas Stillinger.
Las hermanas Stillinger tenían once y siete años. Fueron enterradas una junto a la otra en el cementerio de Villisca.

El Programa del Día del Niño en la Iglesia Presbiteriana era un evento anual y comenzó aproximadamente a las 20:00 pm en la tarde del domingo 9 de junio. Según los testigos, Sarah Moore coordinó los ejercicios. Todos los niños Moore, así como las niñas Stillinger participaron. La familia Stillinger y Moore eran muy amigas. Las niñas vivían a las afueras de Villisca en una granja, por lo que Sarah ofreció su casa para hospedarlas, ya que al día siguiente la iglesia presbiteriana tenúa una actividad para niños. Lena e Ina eran muy amigas de los hijos del Sr. Moore, por lo que aceptaron la gentil invitación sin saber que ésa sería la última noche de sus vidas.

 El programa terminó a las 21:30 pm y la familia de Moore, junto con las hermanas Stillinger, se fueron juntos a casa. Entraron en su casa en algún momento entre las 21:45 y las 22:00.

A la mañana siguiente, aproximadamente a las 5:00 am, Mary Peckham, vecina de los Moore, salió al patio para tender la ropa. Aproximadamente a las 7:00, se dio cuenta de que no sólo la señora Moore no había salido fuera ni iniciado las tareas, sino que la casa misma parecía inusualmente silenciosa. Entre las 7:00 y las 8:00 am, Mary Peckham se acercó a la casa y llamó a la puerta. Como no recibió ninguna respuesta, intentó abrir la puerta pero se encontró que estaba cerrada por dentro. Es entonces cuando Mary hizo una llamada al hermano de Josías, Ross Moore, iniciándose así una de las investigaciones de asesinato peor manejadas de la historia de EE.UU.

A partir de los testimonios de Mary Peckham y los que vieron a la familia Moore en el ejercicio del Día del Niño, se cree que en algún momento entre la medianoche y las 5:00, un desconocido entró en la casa de JB Moore y asesinó brutalmente a todos los ocupantes de la casa con un hacha.

Al llegar a la casa de su hermano, Ross Moore trató de mirar por una ventana del dormitorio y luego llamó a la puerta y gritó, tratando de levantar a alguien de dentro de la casa. Cuando eso fracasó, abrió la puerta con un juego de llaves que su hermano le había dado. Aunque la Sra. Peckham lo siguió hasta el porche, ella no entró en la habitación de abajo.

Cuando abrió la puerta del dormitorio, vio a dos cuerpos en la cama y manchas oscuras en la ropa de cama. Entonces regresó de inmediato al porche y le dijo a la Sra. Peckham que llamara al sheriff. Los dos cuerpos de la sala de abajo eran los de Lena Stillinger de doce años y su hermana Ina de ocho, las invitadas de los niños Moore. Los restantes miembros de la familia Moore se encontraron en las habitaciones del segundo piso. Cada uno de los miembros de la casa había sido brutalmente asesinado y sus cráneos aplastados mientras dormían. Josías Moore, de cuarenta y tres años, Sarah Montgomery Moore, de treinta y nueve, Herman Moore, de once, Katherine Moore, de nueve, Boyd Moore de siete y Paul Moore de cinco, así como las Hermanas Stillinger.



Una vez que los asesinatos fueron descubiertos, la noticia recorrió rápidamente la pequeña ciudad. Como vecinos y curiosos se reunieron en la casa, los agentes del orden rápidamente perdieron el control de la escena del crimen. Se dice que hasta un centenar de personas entraron en la casa embobados ante los cuerpos antes de que la Guardia Nacional de Villisca llegara alrededor del mediodía para acordonar la zona y asegurar el lugar. Los únicos hechos conocidos con respecto a la escena del crimen fueron los siguientes:

    -Ocho personas habían sido asesinadas brutalmente, presumiblemente con un hacha en la escena del crimen. Al parecer, todos habían estado durmiendo en el momento de los asesinatos. El asesino había golpeado a cada una de ellas con el dorso de su arma a fin de dejarlas inconscientes, para a continuación destrozarles el cráneo con el filo.

    -Los médicos estimaron el momento de la muerte un lugar poco después de la medianoche.

    -Las cortinas estaban corridas en todas las ventanas de la casa, excepto dos, que no tenían cortinas. Estas ventanas se cubrieron con la ropa que pertenecía a la familia Moore.

    -Todas las caras de las víctimas estaban cubiertas con la ropa de cama después de que fueron asesinadas.

    -Todos los espejos de la casa habían sido cubiertos con la misma ropa de los Moore.

    -Una lámpara de queroseno se encontró al pie de la cama de Josías y Sarah Moore y una similar se encontró también al pie de la cama de las chicas Stillinger.

    -El hacha fue encontrada en la habitación ocupada por las niñas Stillinger y se notaba el rastro de intentar limpiarla. El hacha pertenecía a Josías Moore.

    -Una cacerola de agua con sangre fue descubierta en la mesa de la cocina, así como un plato de comida no consumida.

    -Las puertas estaban cerradas.

    -Dr. Linquist, el forense, informó del hallazgo de un trozo de tocino en el suelo de la habitación de abajo situado cerca del hacha. Con un peso aproximado de dos libras, estaba envuelto en lo que parecía ser un paño de cocina. Una segunda loncha de tocino del mismo tamaño se encontró en la nevera.

    -Los cuerpos de Ina Stillinger y su hermana Lena fueron encontrados en el dormitorio de la planta baja de la sala. Ina estaba durmiendo cerca de la pared con Lena a su lado derecho. Un abrigo gris les cubría la cara. Lena, según el testimonio de la investigación del Dr. FS Williams, “tenía un pie fuera de la cama como si hubiera pateado a su atacante, estaba de medio lado con una mano debajo de la almohada. Al parecer, ella había sido golpeada en la cabeza y se retorció en la cama. El camisón de Lena estaba subido hacia arriba y no llevaba ninguna ropa interior, por lo que se cree que fue víctima de algún tipo de abuso sexual por parte de su atacante. Había una mancha de sangre en el interior de su rodilla derecha y lo que los médicos suponían era una herida defensiva en el brazo”.

       *Personalmente, recuerdo haber visto algún documental que hablaba sobre este caso en el que se afirmaba que todas las víctimas murieron mientras dormían y no se hacía mención alguna referente a abusos sexuales. Igualmente, en la tarea de búsqueda e información para redactar el presente artículo, encontramos otros en los que se aseguraba que Lena Stillinger “Lena e Ina dormían juntas. Lena fue la única en despertar cuando ocurrieron los ataques. El techo de la habitación donde dormían estas pequeñas muestran que Lena corría para escapar del asesino... se escondió inútilmente tras una puerta del dormitorio donde encontró su muerte. Dicen que Lena además presentaba signos de ser violentada sexualmente”.

Nótese que el testimonio del Dr. FS Williams habla de “algún tipo de abuso sexual”, mientras que el segundo texto lo hace ya directamente de violencia sexual. Aconsejamos pues poner estas afirmaciones en cuarentena, pues si bien el hecho de que la niña durmiese junto a su hermana podría justificar la circunstancia que fuese la única en despertar antes de ser agredida, la discrepancia entre versiones y el que el documental televisivo a que hemos hecho referencia nos parezca una fuente más fidedigna, nos lleva a recelar de posibles licencias de los sucesivos autores de los artículos, que puedan haber deformado la versión original a fin de dotarla de una mayor espectacularidad. Por otro lado, el testimonio del Dr. FS Williams afirma que Lena parecía haber sido golpeada en la cabeza antes de despertar, lo cual descartaría la hipótesis de que lo hubiera hecho a consecuencia de la agresión de su hermana.*

-Si bien nadie fue condenado por los asesinatos de Villisca, parece que no hubo escasez de sospechosos. En los días siguientes a los crímenes, se podía leer al menos cuatro posibilidades en cualquier edición del periódico. Muchos de los asesinos potenciales sin embargo, se agotaron rápidamente y según pasaba el tiempo comenzaron a escasear. Hoy en día, los historiadores y los que han estudiado extensamente los asesinatos del hacha apuntan hacía tres sospechosos.

El primero de ellos era Frank F. Jones, un prominente residente de Villisca y Senador del Estado de Iowa. Josías Moore trabajó para Frank Jones en la tienda de Jones durante varios años hasta que abrió su propia empresa en 1908. Según los residentes Villisca, Jones estaba extremadamente disgustado por ello. Corría el rumor de que Moore tuvo un romance con la hijastra de Jones, lo cual vino a caldear más aun el asunto. El detective Wilkerson, de la agencia de detectives Burns, acusó abiertamente a Frank y su hijo Alberto de contratar William Mansfield para matar a Joe Moore. Jones fue arrestado y ambos negaron vehementemente cualquier conexión con los asesinatos.

Senador Frank F. Jones.

El segundo sospechoso, William Mansfield de Blue Island, Illinois, fue el principal sospechoso de la agencia de detectives Burns, de Kansas City y el detective James Newton Wilkerson. De acuerdo con la investigación de Wilkerson, el asesinato de Joe Moore y los otros ocupantes de la casa Moore fueron cometidos por Mansfield, quien a su vez fue contratado por el senador FF Jones.

Mansfield también era conocido como George Worley o Turnbaugh Jack. Según Wilkerson, Mansfield era un cocainómano y asesino en serie. Wilkerson, según Mansfield, también fue el responsable de los asesinatos a hachazos de su esposa, su hijo recién nacido, su suegro y su suegra en Blue Island, Illinois el 5 de julio de 1914 (dos años después de los asesinatos Villisca), los asesinatos cometidos en Axe Paola , Kansas, cuatro días antes de los asesinatos Villisca y los asesinatos de Jennie y Peterson en Aurora, Colorado.

Según la investigación de Wilkerson, todos los asesinatos fueron cometidos precisamente de la misma manera que en Villisca. Wilkerson dijo que podía probar que Mansfield estuvo presente en cada uno de estos lugares en la noche de los asesinatos. En cada asesinato, las víctimas fueron asesinadas con un hacha y los espejos de las casas estaban cubiertos. Igualmente, en el escenario de  esos crímenes fueron halladas una lámpara que arde se dejó a los pies de la cama y una cacerola en la que el asesino se había lavado se encontró en la cocina. En cada caso, el asesino quería evitar dejar huellas digitales por el no uso de guantes, fuerte evidencia según Wilkerson de que el hombre era Mansfield, quien sabía que sus huellas estaban en los archivos de la prisión federal de Leavenworth militar.

Wilkerson logró convencer a un gran jurado para abrir una investigación en 1916 y Mansfield fue arrestado y llevado a Montgomery County de Kansas City. Sin embargo, un testigo proporcionó una coartada que puso a Mansfield en Illinois en el momento de los asesinatos de Villisca. Fue puesto en libertad por falta de pruebas y más tarde ganó una demanda presentada contra Wilkerson y fue indemnizado con  2.225 dólares. Wilkerson cree que la presión de Jones dio como resultado no sólo de la liberación de Mansfield, sino también en la posterior detención y el juicio del reverendo Kelly.

*La autoría de Wilkerson, a nuestro entender, resulta muy dudosa. Además de que el jurado lo declarase inocente de los crímenes de que se le acusaba y se le indemnizase, hay que recordar que el hacha con la que se cometieron los asesinatos de Villisca, pertenecía a Josías B. Moore, lo cual implica que no fue escogida premeditadamente como arma para llevar a cabo su acción por el asesino, sino que fue hallada casualmente por éste. Ello descartaría pues la coincidencia de modus operandi con los crímenes anteriores.
Por otro lado, hay que suponer que un asesino serial no va pregonando por ahí que lo es. ¿Cómo se pudo enterar pues el senador de su condición para contratarlo, viviendo además en otro lugar?*

William Mansfield

El otro sospechoso principal en el asesinato de Villisca era el reverendo George Kelly, un predicador ambulante. Kelly y su esposa se establecieron en Macedonia, Iowa en 1912 después de varios años de predicación en todo el Medio Oeste. En 1917, Kelly fue arrestado y acusado del asesinato de una de las víctimas de los crímenes de Villisca. Kelly fue invitado a asistir a los ejercicios del Día del Niño en la Iglesia Presbiteriana el 9 de junio de 1912. Su presencia en Villisca en la noche de los asesinatos y su posterior salida en las horas tempranas de la mañana del 10 de junio le hizo el principal sospechoso en el caso.

El primer juicio de Kelly dio lugar a un jurado en desacuerdo y finalmente fue absuelto por el segundo. Según la información presentada por Kelly, una vez absuelto se trasladó a Kansas City, Connecticut, y finalmente a la ciudad de Nueva York. Los años restantes de su vida y de su lugar de descanso final siguen siendo un misterio.

*El artículo olvida mencionar que el reverendo Kelly se confesó autor de los asesinatos de Vellisca, libremente y sin presión de ningún tipo, si bien el jurado decidió finalmente que su autoinculpación era falsa.
A nuestro juicio, la hipótesis del reverendo resulta mucho más consistente. Estuvo esa misma tarde con las víctimas, conocía la casa, confesó su autoría… Existen indicios bastante sólidos que apuntan hacia él.*

Reverendo Kelly

A día de hoy los asesinatos de Villisca son un expediente sin resolver, en el cual el responsable los mismos salió impune.

Arma con que se cometieron los asesinatos

Las casas antiguas guardan muchas historias, sobretodo aquellas que son marcadas con un pasado tan oscuro como la muerte de ocho personas a manos de un hombre y un hacha.

En 1930 la casa fue habitada por un matrimonio joven. La esposa no dormía por las noches porque despertaba con el molesto sonido de una persona que subía y bajaba las escaleras. Pero lo peor estaba por llegar, una noche al abrir los ojos, la asustada mujer pudo ver a un hombre con un hacha a los pies de su cama. El esposo, asustado por el estado mental de su mujer tomó la decisión de mantenerse despierto por las noches para vigilar el sueño de su esposa. Fue grande su sorpresa cuando despertó con el mismo ruido de la escalera y el sonido de llantos de niños que su esposa le había contado.

Dicen que este hombre salió de allí con su esposa y su hijo pequeño en cuanto pudo vender la propiedad, era tanto el miedo que se conformo con una cantidad muy inferior a la que pago por la casa solo para poder huir de allí.

Otra de las historias es la de la familia Geeseman. Ignorando la actividad que tenía esta casa por las noches decidieron vivir en ese lugar. El resultado fue que acabaron durmiendo fuera de la casa, ya que no soportaron el estrés de ver como se abrían las puertas con ausencia absoluta de viento, además contaban que alrededor de las 3 de la mañana veían una silueta en ropa de dormir paseándose por las habitaciones.

Otra de las familias que residió en la casa fue la de Linda Cloud, su padre que era camionero solía ausentarse por mucho tiempo, dejando solas a su esposa e hijas ya adolescentes. Las niñas le contaban a su padre que oían llorar niños, que las puertas se abrían y que su ropa aparecía esparcida por toda la habitación. Su padre nunca les creyó les decía que eso eran cosas de su imaginación, hasta que un día, mientras afilaba un cuchillo, una presión hizo que se autohiriese con éste, como si una mano invisible hubiese dirigido su mano.

*Hay que tener en cuenta el estado de sugestión bajo el cual debían vivir todos estos inquilinos que ocuparon la casa de Villisca después de los asesinatos. En nuestra opinión, parece mucho más probable que estas experiencias se deban a ello y no a reales experiencias paranormales.*

En 1994, Darwin y Martha Linn de Corning compraron la antigua casa de la víctima de asesinato JB Moore y su familia. La casa fue devuelta a su estado original en el momento de los asesinatos del 10 de junio de 1912. Fue incluido en el Registro Nacional de Lugares Históricos y abierto para visitas.

Darwin Linn propietario de la casa-museo.


Habitación niñas Stillinger.

Habitación de los niños Moore.

Habitación de Josías F. Moore y Sarah Moore.

Ático, lugar de mayor actividad supuestamente paranormal.

Armario de la habitación donde se escondió el asesino.

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