Hoy subo un
artículo dedicado a un apasionante tema que hace tiempo quería tratar. No
obstante lo que vais a leer y ver, no os dejéis impresionar ni confundáis mis
palabras. En temas como éste, nada está probado ni refutado. La mayoría de
tomas de supuestos espectros, incluso las que han sido analizadas por expertos
que no han encontrado señales de manipulación, son en realidad fraudulentas,
cuando no meras ilusiones ópticas. Tampoco entendáis mis afirmaciones en el
sentido contrario. No estoy afirmando que no existan los fantasmas. Es posible
que existan y es posible que no. Las fotografías y testimonios de veracidad
comprobada con que contamos, no nos permiten concluir que el fenómeno sea cierto y
responda a apariciones de personas difuntas, pero existen algunas, muy pocas,
pero algunas, que a día de hoy siguen resistiendo todo intento de explicación
racional.
En este tema se dicen y creen muchas tonterías, lo cual deriva en un verdadero circo levantado a su alrededor que le roba prácticamente toda credibilidad. En Youtube por ejemplo, se pueden ver varios vídeos de supuestas apariciones fantasmales en cementerios, alguno de ellos incluso difundido por alguna cadena de televisión de un país latinoamericano. ¡Sic! De todos los lugares del mundo, probablemente los camposantos sean aquél en que menos probabilidades existan de ver un espectro –aceptando que existieran-. Según la teoría paranormal, los fantasmas se aparecen en aquellos sitios con que estuvieron especialmente relacionados en vida –hogar, trabajo…- o en el cual perdieron ésta. También, en ocasiones, para comunicar un mensaje a alguien que sigue en el mundo de los vivos. ¿Cuántas personas conocéis que hayan vivido, trabajado o muerto en un cementerio? –salvo el enterrador, claro está-. ¿Qué mensaje puede llevar un aparecido en el cementerio. ¿A quién se lo iba a transmitir? ¿A otro difunto?
Sería de reclamar un poco de seriedad en el asunto, pues existimos personas serias que nos gustaría indagarlo adecuadamente para dilucidar lo que, efectivamente, pueda haber o dejar de haber tras él. Demasiado pedir.
En fin, os dejo algunas de las imágenes de supuestos fantasmas más famosas de la historia. Sacad vuestras propias conclusiones. Los textos no son míos –salvo estas primeras líneas que ahora leéis, claro-. Los he tomado de otras webs o de revistas, sacando extractos de aquí y allá para elaborar este artículo. Espero que os guste.
En este tema se dicen y creen muchas tonterías, lo cual deriva en un verdadero circo levantado a su alrededor que le roba prácticamente toda credibilidad. En Youtube por ejemplo, se pueden ver varios vídeos de supuestas apariciones fantasmales en cementerios, alguno de ellos incluso difundido por alguna cadena de televisión de un país latinoamericano. ¡Sic! De todos los lugares del mundo, probablemente los camposantos sean aquél en que menos probabilidades existan de ver un espectro –aceptando que existieran-. Según la teoría paranormal, los fantasmas se aparecen en aquellos sitios con que estuvieron especialmente relacionados en vida –hogar, trabajo…- o en el cual perdieron ésta. También, en ocasiones, para comunicar un mensaje a alguien que sigue en el mundo de los vivos. ¿Cuántas personas conocéis que hayan vivido, trabajado o muerto en un cementerio? –salvo el enterrador, claro está-. ¿Qué mensaje puede llevar un aparecido en el cementerio. ¿A quién se lo iba a transmitir? ¿A otro difunto?
Sería de reclamar un poco de seriedad en el asunto, pues existimos personas serias que nos gustaría indagarlo adecuadamente para dilucidar lo que, efectivamente, pueda haber o dejar de haber tras él. Demasiado pedir.
En fin, os dejo algunas de las imágenes de supuestos fantasmas más famosas de la historia. Sacad vuestras propias conclusiones. Los textos no son míos –salvo estas primeras líneas que ahora leéis, claro-. Los he tomado de otras webs o de revistas, sacando extractos de aquí y allá para elaborar este artículo. Espero que os guste.
LA DAMA DE MARRÓN DE RAYHAN HALL
El 19 de septiembre de 1936, los fotógrafos
Indre Shira y Provand, visitan la mansión Raynham Hall, en el condado de
Norfolk (Inglaterra), para realizar un reportaje fotográfico de la villa
encargado por la revista Country Live. Mientras van realizando tomas de
distintos lugares de la mansión bromean sobre las antiguas leyendas que hablan de
los fantasmas de ésta casa, sin saber que están a punto de tomar la fotografía
paranormal quizás más famosa de la historia.
Poco o ningún interés tenían
en cerciorarse si existían o no los fantasmas, como tampoco acudían allí para
perseguirlos y dar fe que realmente existían. Como auténticos profesionales, se
limitaron a realizar su tarea prioritaria: fotografiar tanto los exteriores
como los interiores de Raynham Hall para la revista “Country Life”, centrándose
en el interés arquitectónico e interiorista de la mansión del siglo XVII.
Hacia las 16:00, se
encontraban ambos terminando la ronda fotográfica de los pisos superiores,
fijándose en la emblemática y majestuosa escalera de roble que unía la planta baja
a la planta noble. El Capitán Provand se preparaba para hacer la foto con la
cámara junto con Indra Shira, sosteniendo éste el flash con el brazo alzado, en
el último escalón inferior del tramo. De pronto, Shira se sobresaltó:
“-¡Dios mío! Provand…. ¡allí hay algo!”
Provand no lo entendió y pensó
que hablaba de la belleza de aquella escalera y, haciendo caso omiso a la
advertencia, colocó el ángulo de tiro listo para el disparo.
Shira afirmaría posteriormente
haber visto una forma etérea bajar por aquella suntuosa escalera de roble,
dirigiéndose hacia ellos; pensó, de buenas a primeras, que se debía tratar de
alguna broma pesada, pero aquello no podía ser, teniendo en cuenta el inmenso
respeto que se tenía a la leyenda de los fantasmas de Raynham Hall.
Aseguraría que aquella forma
etérea flotaba a escasos centímetros de los escalones y que se dirigió hacia
ellos, convenciéndose de que aquello no podía ser otra cosa que un espíritu…
Por reflejo profesional, Shira
apretó el obturador del flash cuando aquel espíritu flotante estaba a mitad de
camino de ellos, y luego le entró la risa nerviosa. Provand sacó la cabeza de
debajo del manto de la cámara para mirar a su alrededor, y se extrañó de que
Shira hubiese disparado el flash sin esperar a su señal. Provand no había visto
nada de nada en el objetivo de la cámara… nada más que la escalera.
“-¡No lo creerás, Provand, pero en la cámara tienes la fotografía del
fantasma de Raynham Hall! espetó Shira, sin dejar de reírse nerviosamente.”
Provand se convenció que su
socio había momentáneamente perdido la cabeza por culpa del silencio y del
lúgubre ambiente del caserón. Pero una vez en el coche y de vuelta a Londres,
Shira le apostó cinco libras de que, cuando se revelase la foto, no solo se
vería la escalera.
Para acabar con la tontería de
su socio, Provand no esperó al día siguiente para ir al laboratorio. Decidieron
ambos abrir las oficinas, aún pasada la hora del cierre, y revelar las placas
para así dar por terminada la apuesta y embolsarse las 5 libras de Shira.
Shira buscó a una tercera
persona, un testigo presencial para que viera con sus propios ojos la evolución
del revelado. Echaron mano de un contable que, en ese momento, iba a marcharse;
mediante un par de libras e insistentes ruegos, el contable aceptó el papel de
testigo y contempló cómo la placa era colocada en la solución fijadora
directamente desde la cámara.
El contable en cuestión
aseguraría posteriormente: “Si no hubiese visto toda la operación desde un
principio, jamás lo hubiera creído!”
Ante los asombrados ojos de
los tres hombres, fue apareciendo lentamente la escalera de Raynham Hall y… en
la misma fotografía, una figura alta, etérea de una mujer vestida con ropas
blancas y largas, sin facciones discernibles, aunque se podía apreciar que era
una fémina de unos treinta años. Sus ropajes parecían ser un manto nupcial y
una especie de capucha en la cabeza.
La famosa fotografía, junto
con la narración de los hechos protagonizados por Shira y Provand, fue
publicada el 6 de diciembre de 1936 en el “Country Life”, y poco después en la
revista norteamericana “Reader’s Digest”, no sin antes ser debidamente
examinada por expertos, quienes aseguraron que la fotografía no había sido
manipulada y que, por tanto, no se trataba de un fraude.
Subsistía, sin embargo, una
pregunta inquietante: ¿Quién era el fantasma que bajaba por aquella espléndida
escalera de roble?
El espectro que pudieron
observar los fotógrafos presuntamente correspondería a lady Dorothy Walpole,
hermana de sir Robert Walpole, considerado primer ministro de Inglaterra, que
nació en 1686 y falleció en 1726; y esposa de Charles Townshend, segundo
Vizconde de Raynham, quienes habitaron Raynham Hall durante 1700s. Se rumoreaba
que Dorothy, antes de casarse con Charles, había sido la amante de Lord Wharton.
Charles sospechaba de la infidelidad de Dorothy, y es por ello que se sospecha
que éste la encerró en una esquina remota de la casa, hasta su muerte, años
después.
La de 1936 no fue, en cualquier caso, la
primera visita de la misteriosa señora de Raynham Hall. En todos sus paseos
anteriores lució un aspecto muy similar al de las damas blancas o grises, frecuentes
en las apariciones británicas, como
si su imagen se hubiera congelado definitivamente en el lugar. Tras la
muerte de Dorothy comenzaron a sucederse incidentes de naturaleza inexplicable
en la mansión inglesa. Dueño y empleados de la villa, como el señor Tosland,
Loftus o Harway, vivieron aterrados ante las apariciones de una joven. Una
situación que llegó a provocar varias investigaciones policiales.
La primera noticia de esta señora data de la Navidad de 1835, fecha en
que fue vista en dos ocasiones por el coronel Loftus, quien la describió como
de aspecto noble, vestida de color café y con dos hoyos en el lugar donde
hubieran debido estar los ojos. Loftus, impresionado, realizó un cuadro con su
imagen, que colgó en la habitacion donde se aparecia con mayor frecuencia.
Años despues fue el capitan Marryat quien,
alojado en el cuarto "embrujado", pudo presenciar la visión que le
sonrió de una manera "díabolica". Marryat, que portaba una pistola,
disparó contra la amenazadora figura pero la bala la atravesó limpiamente y
ella desapareció sin dejar rastro. En 1926 volverían a verla dos niños.
En los atestados que se
realizaron tras las pesquisas, quedaron registrados los testimonios.
Descripciones que siempre coincidían en la vestimenta que portaba el espectro:
ropas de tonalidades marrones. Y lo que es más sorprendente: todos los testigos
afirmaban que se traba de Dorothy Walpole.
Durante el pasado siglo las
apariciones de la “dama marrón” de Raynham Hall han disminuido, pero a pesar de
ello los fenómenos continúan sucediéndose: extraños acontecimientos que tienen
como aval la fotografía fantasmal más popular de la parapsicología y en la que
a día de hoy, ningún análisis ha podido detectar fraude alguno, aunque se
admite casi unánimemente que éste es posible. No obstante, la toma se considera
una de las mejores fotos de fantasmas que existen en la actualidad.
LA ESCALERA DE TULIPÁN
La fotografía
de este supuesto espectro que sube agarrado al pasamanos de la escalera, fue
obtenida en 1966 por el reverendo Hardy y su esposa mientras se encontraban de
visita en el Museo Marítimo National de Greenwich, en Inglaterra, concretamente
en uno de sus edificios denominado "La casa de la reina ", construido
por Ana de Dinamarea, esposa del rey Jaime I, y en cuyo interior se encuentra
la famosa "escalera de Tulipán" Cuando el reverendo Hardy decidió
fotografiar la escalera, no había nadie en ella. Su sorpresa resultó mayúscula
cuando, a su regreso a Canadá, lugar donde vivía el matrimonio, encontró, tras
el revelado, esta figura que parece ir cubierta por un manto. En el original se
apreciaba claramente la mano derecha del espectro -en la que portaba un anillo-
agarrada al pasamanos. Algunas personas incluso han identificado una segunda e
incluso una tercera entidad detrás de este primer fantasma, pero se trata de
algo muy difícil de apreciar dada la poca claridad de la instantánea. Por
supuesto, también en este caso algunos investigadores de fenómenos psíquicos
hicieron estudíar la foto por expertos, quienes no encontraron evidencias de
fraude en la misma. Además, ni el reverendo ni su esposa tenían motivo para
inventar una historia de tales características. Aunque la escalera de Tulipán
no había sido hasta entonces motivo de historias fantasmales, a partir de la
publicación de esta toma fueron muchas las personas que declararon haber visto
también espectros en ellas, pero tales relatos no han sido tomados demasiado en
serio.
Muchas iglesias britanicas tiepen fama de ser escenario de frecuentes apariciones fantasmales.
Muchas iglesias britanicas tiepen fama de ser escenario de frecuentes apariciones fantasmales.
EL FANTASMA DE NEWDY
Esta fotografía fue obtenida en
el interior
de la Iglesia de
Newby, en Yorkshire, en los primeros años de la década de los sesenta. El espectro, invisible en el
momento en que se tomó la instantánea, apareció más tarde cuando el
carrete fue revelado. El autor
de la toma fue el vicario, reverendo K. F. Lord, quien quedó asombrado al hallar
esta forma encapuchada y con hábito en el interior de su iglesia.
EL CLÉRIGO INVISIBLE
Esta curiosa imagen fue tomada en la
iglesia de Eastry, cerca del pueblo de Sandwich, en el condado inglés de Kent, el ano 1956. El
senor Botman, el fotógrafo en
cuestión, afirmó insistentemente que, cuando la obtuvo, en la
iglesia solo se encontraban su mujer y la senora de la limpieza. Sin
embargo,
la instantanea muestra, con asombrosa claridad, la fantasmagórica figura de un
clérigo perfectamente visible en la fila de bancos de la
izquierda. Cuando unos años más tarde el senor Botman mostró la toma a un grupo de
personas relacionadas con la susodicha iglesia, le comentaron que
veinte
años antes, durante la década de los cuarenta, se había visto a un personaje
fantasmal muy similar en el recinto sagrado. Todo indica que nos encontramos ante un típico
caso
de lo que los expertos llaman "fantasma asociado a un
emplazamiento determinado". Los teóricos del esoterismo afirman que cuando una persona se
encuentra muy identificada con un lugar, como
le ocurría al clérigo con su iglesia, ello puede provocar que la reminiscencia
energética de éste ser tras la muerte -su fantasma-, siga vinculada a este espacio
concreto.
LA SUEGRA DEL
CONDUCTOR
Esa fotografía fue tomada en 1959
por la señora Mabel Chinery, de Ipswich, en el condado
inglés
de Suffolk. El hombre que aparece conduciendo el vehículo es su marido, Jim, y la mujer anciana que va sentada en el asiento trasero es,
según el testimonio del matrimonio, la madre de la señora Chinery, que había
fallecido tiempo atrás. La senora Chinery insistió en que, en el momento de la
toma, su marido Jim estaba solo en el coche.
Merece la pena resaltar que la foto
fue tomada en el mismo carrete que Mabel Chinery había utilizado para
fotografiar a su madre poco antes de
morir. El impacto que causó la vision de la instantánea en los esposos fue notable, al punto de que Mabel, muy afectada, tuvo que ausentarse de su trabajo una semana. Al parecer,
la relación entre Jim y su suegra había sido cordíal y una noche, poco antes de morir, ella le había dicho: "Jim, nunca sufrirás
ningún daño. Yo estaré contigo."
La foto fue sometida a un
riguroso
análisis por ordenador en 1984, realizado por los expertos Steve Gull y Tim Newton. Ambos concluyeron que podían buscarse explicaciones racionales para la misma.
Por
ejemplo, la cantidad de luz que había en el interior del coche era más
que
improbable que hubiera podido provocar los extraordinarios reflejos de
los cristales de las gafas de la mujer, quien además aparecía iluminada por
una fuente que procedía de una dirección diferente a la presente en el resto de
la imagen. Por si esto fuera poco, la proporción de la figura de la mujer
no está
en relación con el resto
de los elementos de la instantánea.
Según estos expertos, todo ello indica
la posibilidad de que se tratara de
una doble exposición accidental, sino fuera por el pequeño
detalle de que la figura era la de la madre recién fallecida de la senora Chinery... Haciendo bueno el dicho de que para una opinión de un experto
siempre habra una opinión contraria de otro experto, tampoco en este caso hubo unanimidad. Así, un tercer estudioso del material
grafico, Bill
Turner, tras exanunarlo y visitar incluso el lugar donde
la foto fue obtenida, eliminó la
teoria de la doble exposición
y aseguró que la toma era genuina y que no le importaba jugarse su prestigio en ello.
EL MECANICO MUERTO POSA PARA LA POSTERIDAD
En 1919 se obtuvo esta imagen de la
tripulación y el equipo de mantenimiento
del buque HMS
Daedalus, en Cranwell,
en el condado de Lincolnshire (Gran Bretana). En realidad, en la foto debía faltar
uno de sus miembros, Freddy Jackson, porque... ¡había fallecido tres días antes de obtenerse esta instantanea!
Sin embargo y sorprendentemente,
el muerto no faltó a la
cita.
Inscrito en el círculo blanco se puede ver perfectamente el rostro de
Jackson, un mecánico naval que
falleció mientras reparaba una de las hélices del buque. Algunas de las personas que
aparecen en la foto todavia recuerdan
el revuelo que se armó cuando aparecio el rostro de Jackson al revelarse el carrete, aunque nunca nadie pudo encontrar otra explicación que la de que este mecánico -o su espíritu- quiso posar con sus companeros de buque.
Pese a su antigüedad, la imagen
apareció recientemente publicada en un periódico de difusión interna llamado Navy News -el 1 de Julio de 1996- y mencionada posteriormente por sir Victor Goddard, uno de
los fundadores de la Real Fuerza Aérea (RAF) británica en su libro_ Flight towards
reality. "Lo que resulta verdaderamente
inusual - escribió
Goddard- es que esta fue una
fotografía oficial... con la certeza
de que no hubo ninguna clase de manipulación posterior
en el laboratorio".
LA
TRIPULACION FANTASMA DEL WATERTOWN
CINCO años despues de la fotografía de la tripulacion del Daedalus, se obtuvo esta otra imagen misteriosa. Fue tomada en Diciembre de 1944, un día después de que un incendio provocara la muerte por asfixia de dos marineros llamados Courtney y
Meehan y sus cuerpos fueran lanzados al mar frente a las costas de Mexico. Los
marineros formaban parte del buque petrolero
SS Watertown y su pérdida
fue toda una tragedía para el resto
de la tripulación.
Tanto que, cuando al día siguiente el
primer oficial del barco creyó distinguir en el agua las caras de los dos marineros muertos, pensó que se trataba de una alucinacion. Pese a su resistencia a aceptar aquella visión, las caras de los marineros reaparecieron
a diario mientras el Watertown se mantuvo en el Pacifico y fueron
vistas esta vez por practicamente todos los miembros de la tripulación. Las
caras, al parecer, aparecían siempre a unos trece metros del
casco de la embarcación,
flotando sobre las olas, y permanecían
siempre unos diez segundos antes de desaparecer por completo. Como quiera que nadie a
bordo Ilevaba consigo una cámara fotográfica, el capitán del
Watertown se
hizo con una a la llegada del
buque a Nueva Orleans. Cuando el buque
enfiló de nuevo el oceano Pacífico, el capitán obtuvo la instantánea que adjuntamos a estas lineas. Una vez revelada la película en Nueva York, una de las tomas mostraba claramente las caras
de los marineros asfixiados; y aunque
en posteriores viajes del Watertown se
siguieron viendo, nunca más fueron tan nitidas y tendieron a desaparecer por completo y para siempre. El
misterio de esta imagen aun no ha
sido resuelto.
LA NIÑA (FRAUDULENTA) DEL INCENDIO
Antes de concluir el artículo, no quería
dejarme en el tintero la advertencia de que, incluso en aquellos casos en que,
como ocurrió en algunos de los tratados, los expertos aseguraron no encontrar
evidencias de manipulación, la cosa no significa que ésta quede excluida, sino
tan solo que, hasta el momento, no se encontraron señales de fraude. Eso no
quiere decir que en el futuro no puedan encontrarse, como ocurrió en este ultimo que os incluyo.
Ni más ni menos que el de la niña del
incendio, una de las más famosas imágenes de “fantasmas” que han existido.
Vuelvo a lo mismo que comenté al comenzar. Ni afirmo, ni niego que existan los fantasmas.
Es posible que existan y es posible que no. Hasta el momento, lo único que se
ha probado con total certeza es que existen los farsantes, los ingenuos y los
efectos ópticos. Si queréis mi consejo, sed críticos. No analicéis este tipo de
imágenes y cosas queriendo ver fantasmas. Hacedlo QUERIENDO NO VERLOS. Buscad
todas las interpretaciones racionales posibles y si llegáis a un punto en que encontráis
que ninguna de ellas sirve para explicar el caso en cuestión, tampoco entonces
concluyáis que la cosa tiene una explicación sobrenatural. Lo único que habréis
probado es que no se ha podido explicar científicamente, no QUE NO
PUEDA EXPLICARSE. Para concluir que un fenómeno
tiene origen paranormal, no basta con que
no pueda explicarse normalmente. ADEMÁS HAY QUE PROBAR LA HIPÓTESIS PARANORMAL.
Sólo si lo hacéis así, si algún día llegáis a la conclusión de que un fenómeno
tiene naturaleza paranormal, estaréis seguros de que es así en verdad y que no
estáis imaginando cosas ni viendo lo que queréis ver. En definitiva, solo así
llegaríais a la auténtica convicción de que existe otro mundo. Lo demás son
ilusiones y autoengaños. Nada más.
La foto
Según expertos en fotografía esta imágen y su negativo habría pasado todas las pruebas de veracidad y representaba una fiel prueba de la existencia de fenómenos sobrenaturales o casuales. En la imagen se puede ver una niña asomada en la puerta del edificio en llamas. La foto habría sido tomada por Tony O’Rahilly, desde la calle y con una cámara equipada con un teleobjetivo de 200 milímetros. O’Rahilly habría asegurado no ver absolutamente nada en el momento de realizar la toma y llevarse una gran sorpresa al revelar el rollo. La Imágen en cuestión fue entregada a la Asociación para el Estudio de los Fenómenos Extraños (ASSAP), junto con el negativo y Vernon Harrison, quien en ese momento era el presidente de la Real Sociedad Fotográfica, concluyó que el negativo no había sido manipulado.
Los expertos en fenómenos
paranormales adjudicaron la aparición a una niña llamada Jane Churm, quien a la
edad de 14 años habría sido la autora accidental de otro gran incendio ocurrido
en Wem el 3 de marzo de 1677 y que destruyó gran parte de la localidad.
El fraude de Tony O’Rahilly
Algunos
años más tarde los expertos del Museo Nacional de Medios descubrieron en la
cara de la niña unas líneas horizontales que no existen en el resto de la
imagen, lo cual indicaba que la imágen era posiblemente un fraude. Sin embargo
no había pruebas contundentes para asegurarlo.
Recientemente,
Brian Lear, de Shrewsbury, observó casualmente la imágen de una postal de la
calle de Wem del año 1922 y el rostro de la niña que aparece en ella le resultó
familiar. Afortunadamente Lear, es muy fisonomísta y despues de mucho pensar
recordó que el rostro era el de la niña que se ve en el incendio de 1995. Basta
con observar ambas imágenes para comprender que O’Rahilly nos jugó a todos una
mala pasada.
Tony
O’Rahilly habría realizado un truco muy sencillo consistente en superponer la
fotografía real del incendio con el recorte de la postal y realizar
posteriormente una nueva toma al conjunto.
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