En el París de
los años 30, una mujer se recogía en una iglesia de Montparnasse, pero en la
noche daba cursos sobre magia sexual. Era conocida como “la Sacerdotisa de Lucifer”.
Se llamaba María de Naglowska. Discreta, pero extremadamente influyente, fue
sin duda la gran difusora de la magia sexual en el siglo XX.
María de
Naglowska nació el 15 de agosto de 1883 en San Petersburgo. Era hija del
gobernador de Kazan, el general Dimitri de Naglowski, que en 1895 resultaría
envenenado por un nihilista. A la edad de 12 años quedó huérfana. Su tía la
matriculó en el instituto Smola para jóvenes aristócratas. Allí culminó
brillantemente sus estudios. Durante ese tiempo, según su propia confesión,
contactó con la secta de los Khlistis, a la que pertenecía Rasputín y cuyos
ritos incluían técnicas de magia sexual. Ese fue el primer contacto con la
doctrina que absorbería toda su vida.
HACIA
OCCIDENTE
La revolución
de 1905 la impulsó a frecuentar círculos cerrados de intelectuales. Enamorada
de un músico de origen judío, Moisés Hopenko, abandonó con él Rusia para
instalarse primero en Berlín y luego en Suiza, donde se casaron. Allí continuó
sus estudios universitarios siguiendo simultáneamente varias carreras. Para
salvar su matrimonio y permitir a su marido terminar su formación como músico,
dio clases particulares. Poco después nacieron sus tres hijos: Alexandre, Marie
y André.
Hopenko,
seducido por las ideas sionistas, decidió partir hacia Palestina abandonando a
su mujer y a sus hijos. María continuó enseñando y escribiendo algunos
artículos para diferentes revistas. Dio también conferencias. Pero estas
actividades y la aparición de un libro le costaron ser encarcelada por actividades
políticas y espionaje. Tras su liberación abandonó Ginebra para radicar en
Berna y luego en Bale.
DEL GRUPO
DE "UR" A LA
TEOSOFIA
Pronto
abandonó Suiza y se trasladó a Italia, instalándose en Roma, donde permaneció
entre 1921 y 1926. Siguió enseñando y se convirtió en redactora del diario
"L’Italia". Quiso trasladar a sus hijos desde Suiza, pero Alexandre
se unió con su padre en Palestina.
Pronto
surgieron los problemas. María perdió su empleo y debió dar clases a cualquier
precio para sobrevivir. En Roma frecuentó a un grupo de escritores ocultistas.
Este contacto le permitió conocer a un filósofo ruso exiliado que le reveló las
tradiciones Boreales más secretas.
En ese período
conoce a Julius Evola y a otros amigos suyos que formarán poco después el “Grupo de Ur” de magia operativa. Evola,
junto con René Guenon, son dos de los esoteristas más prestigiosos del siglo XX
y aun hoy sus obras son frecuentemente reeditadas.
Su hijo
Alexandre, que consiguió un buen puesto de trabajo en Alejandría, la llevó a
Egipto con sus hermanos. Pronto fue invitada a dar conferencias en la Sociedad Teosófica
en la que ingresó finalmente. La logia de Alejandría había sido fundada por la
propia Blavatsky. Así mismo se convirtió igualmente en redactora del diario La Bolsa.
EN
MONTPARNASSE
En 1930 volvió
a Roma, encontrándole sus amigos un trabajo en una editorial de París donde
pudo establecerse. Desgraciadamente, no obtuvo autorización para trabajar en
Francia y debió contar con su hijo André para sobrevivir.
María se
estableció entonces en Montparnasse, donde conoció a escritores, artistas y
poetas. Pronto inició la edición de un semanario mágico, La Flèche, en la que colaboraron Julius Evola y
otros destacados esoteristas de la época. Aparecieron 18 números que hoy se
cotizan a precios extremadamente altos. La revista se subtitulaba “órgano de
difusión del Tercer Término”.
Estableció su
cuartel general en el restaurante La Coupole, dónde se reunían los ocultistas de la
época. La dirección le ofrecía gratuitamente cada tarde la cena y los numerosos
cafés que consumía a lo largo del día. El miércoles daba conferencias en el
Estudio Raspail, situado en el número 36 de la cercana rue Vavin y todas las
tardes acudía a la iglesia de Notre-Dame des Champs para concentrarse y
meditar. Diariamente, durante 2 horas, recibía a sus discípulos en el Hotel
Americano (15, rue Brea) no lejos de allí. Estos llegaban desde muchos países
extranjeros, no en vano María de Naglowska dominaba el inglés, el ruso, el
alemán, el francés, el italiano y el yidish, comprendía el polaco, español y
checo y, finalmente, algo de árabe.
Su biógrafo y
discípulo más directo, Marc Pluquet, cuenta que a las conferencias solían
acudir en torno a 40 personas. Luego, al concluir, un pequeño grupo pasaba a la
sala contigua y realizaba ritos más discretos. Allí confería iniciaciones que
ella misma calificada de “satánicas”. La prensa se ocupó frecuentemente de ella
y un artículo en la revista Voilà fue
suficiente para que su nombre alcanzara fama y relieve.
HACIA EL FINAL DE UNA VIDA
A finales de
1935, anunció a Marc Pluquet que acababa de terminar su misión y que preparaba
la partida. Profetizó que el advenimiento del Tercer Término no podría hacerse
más que en dos o tres generaciones, cuando el mundo estuviera preparado para
las transformaciones sociales y políticas que implicaba la llegada de una nueva
era. La misión de los que han compartido su obra será conservar la enseñanza
para que pueda reaparecer bajo una forma clara y comprensible a hombres y mujeres
que no estarán necesariamente formados en el simbolismo.
El pequeño
grupo de sus discípulos estaba formado por conocidos esoteristas, entre los que
figuran Claude Lablatinière (alias Claude
d’Ygée, luego dedicado a la alquimia), Camille Bryen y su biógrafo Marc
Pluquet. Algunos de ellos, como d’Ygée, se movían en el entorno en el que
aparecieron las obras de Fulcanelli, el misterioso alquimista del siglo XX.
A principios
de 1936, María dio su última conferencia un sábado en el Estudio Raspail (36,
rue Vavin, en un hotel que, reformado, aun existe y en el que vivieron, entre
otros, Aleister Crowler y Eliphas Levi), al final de la cual se despidió de la
concurrencia sin dejar ningún sucesor. Luego se reunió con su hija María en
Suiza.
Contrariamente
a la versión que se ha dado de sus últimos años, el 17 de abril de 1936, María
de Naglowska, la Sophiale
de Montparnasse, como fue llamada por unos y “sacerdotisa de Lucifer” para
otros, murió en casa de su hija en Zürich. No es cierto que los alemanes la detuvieran
en 1940 en París y la deportaran a Austwitz, tal como han publicado
erróneamente autores como Jean Pierre Bayard (La meta secreta de los rosacruces).
MARÍA DE
NAGLOWSKA Y LE CORBUSIER
María de
Naglowska, con el pequeño grupo de sus discípulos, constituyó la Orden de los Caballeros de la Flecha de Oro, de los
que Marc Pluquet era el más próxima a ella. Pluquet constituye al mismo tiempo
la fuente más preciosa de datos sobre Naglowska. En la Biblioteca del Arsenal
de París se encuentran depositados 75 folios mecanografiados con el título de La Sophiale,
María de Naglowska: sa vie – son oeuvre. Pluquet era, al mismo
tiempo, arquitecto y trabajó en un período de su vida –justamente en la época
en la que estuvo en contacto con María de Naglowska- con el arquitecto Le
Corbusier. Pluquet afirma que las ideas de la Naglowska influyeron en
el estilo y en las ideas de éste renovador de la arquitectura.
Por esas
fechas (1931), el famoso arquitecto había ido a vivir a París a una casa que él
mismo diseñó en rue Molitor. Poco después, en 1935, Le Corbusier interviene en
el congreso Internacional de Arquitectura Moderna con una ponencia titulada La Ciudad Radiante.
En 1935 desarrolla este tema en un libro del mismo título. Su propuesta es
constituir edificios con la planta en forma de cruz, lo que permitiría
aprovechar al máximo la luz. Su idea consistía en construir un rascacielos en
París de 220 metros
de altura, que permitiera circular entre los pilares. Poco después, cuando le
encargan el plano urbanístico de Sao Paulo (Brasil), vuelve a insistir otra vez
en la forma de cruz para toda la ciudad.
Estas ideas se
encuentran en las obras de María de Naglowska. Por otra parte, no hay que
olvidar que Le Corbusier tenía en aquella época una vena mística muy acusada
que le llevó incluso en visitar Barcelona las obras de Antonio Gaudí por
invitación del pintor José María Sert (hombre muy versado en esoterismo y uno
de los grandes maestros y amigos de Dalí).
MARÍA DE
NAGLOWSKA Y LA MAGIA
SEXUAL
En 1931, María
de Naglowska publica en París un libro, generalmente atribuido a Pascal Beverly
Randolph, Magia Sexual. En la biografía de Randolph resulta probable que
viajara a París, pero se desconoce la forma en que llegó el manuscrito a manos
de María de Naglowska. De hecho, no hay pruebas siquiera de que el libro fuera
escrito por el propio Randolph. Algunos fragmentos del mismo resultan
sospechosamente idénticos a los que contienen otras de sus obras (en especial
todo lo relativo a los espejos mágicos y la animación de estatuas), pero, en
general, el estilo es diferente y parece más influido por Josephin Peladan
(artista y ocultista rosacruciano francés de finales del XIX y principios del
XX) que por el propio Randolph.
Naglowska
explica en su revista La
Fleche que el texto le fue remitido “por un
desconocido en una céntrica calle de París, sin darle tiempo a preguntarle nada
más”. A pesar de que Julius Evola, no solamente dio por auténtico el texto,
sino que además lo prologó, por nuestra parte pensamos que Magia Sexual
encierra un misterio difícil de resolver, pero que, en cualquier caso, la clave
está en María de Naglowska, la mujer que publicó el libro en 1931 y que,
probablemente lo escribiera a partir de fragmentos de Randolph, de ideas de
Peladan y de las suyas propias.
Si esto es
así, a la “Sacerdotisa de Lucifer” le cabe el honor de ser la
inspiradora del libro sobre técnicas sexuales mágicas más difundido en
Occidente incluso en nuestros días. El mensaje esotérico de esta gran
desconocida sobrevive en nuestros días, sin que la mayoría lo perciba.
MARÍA DE
NAGLOWSKA Y GALA DALI
En 1931,
Salvador Dalí pasó una temporada en París, donde se encontraba el centro
mundial del surrealismo. Cierta mañana de junio, fue a visitar a su amigo Joan
Miró y éste le propuso ir al restaurante La Coupole, donde estaba el fundador del dadaísmo,
Tristan Tzara. En La Coupole los
surrealistas tenían una animada tertulia en la que participaban los exponentes
más destacados del movimiento.
Dalí frecuentó
este artículo durante los años 1931-1933. Iba acompañado por Gala Dianokov, su
esposa.
Resulta
difícil pensar que ambas mujeres no se encontraran en La
Coupole y no sintonizaran. Gala, nacida en Kazan (donde
residió la Naglowska
mientras su padre fue gobernador de esa provincia), rusa, interesada en la
magia sexual y en el ocultismo (por entonces Gala oficiaba de médium de los
surrealistas e introduce en la mediumnidad a otros miembros del grupo; ha
aprendido a tirar el tarot) y le apasiona el ocultismo y la astrología.
Aparecía por entonces y en los años que siguieron una réplica de la Naglowska.
A decir
verdad, la influencia de la ocultista rusa aparece en la vida de Gala en
distintas ocasiones. Su psiquiatra contó que en 1973 Gala estaba convencida de
que el semen de muchachos jóvenes la rejuvenecía y, hasta sus últimos meses de
vida, siguió manteniendo relaciones sexuales. Muy frecuentemente sus amantes
quedaron destrozados por la experiencia. Jeff Fenholt, por ejemplo,
protagonista de Jesucristo Superstar, pasó a un grupo de rock satánico; varios
se convirtieron en toxicómanos.
Por lo demás,
las ideas de Dalí sobre el andrógino, sobre la sexualidad mágica, su misticismo
neocatólico y sobre todo sus concepciones en el terreno del erotismo
parecen extraídas directamente de las doctrinas de la Naglowska sobre el
Tercer Término.
LA “MISA DE
ORO” Y LA DOCTRINA DEL
“TERCER TERMINO”
La idea
central del pensamiento de la
Naglowska consiste en intuir como será la religión del Tercer
Término. Para ella el judaísmo es la religión del Padre, el cristianismo, la
del Hijo y queda todavía por manifestarse el Tercer Término de la Trinidad, que inspirará
la religión de la Nueva
Era.
De la misma
forma que atribuía un carácter andrógino al Padre y un carácter masculino al
Hijo, la nueva religión del Tercer Término debía de surgir e la unión de los
contrarios y tendría una naturaleza femenina. Para esto era preciso dominar las
técnicas de magia sexual.
María de Naglowska fundó en 1932 la Hermandad de la flecha
de oro en París, para preparar el Reino de la Madre, que sucedería al del Padre y del Hijo
establecido por la era cristiana. Formaba "sacerdotisas del amor",
aptas para la fecundación moral de los hombres. Pretendía neutralizar el mal
oponiéndole actos sexuales religiosos, ejecutados bajo la dirección de
prostitutas sagradas, comparables a las hieródulas de Biblos.
¿Y Satán? ¿Por
qué la Naglowska
se hace llamar Sacerdotisa de Lucifer? En su particular visión, en el
ser humano están presentes dos componentes, el cuerpo de Dios (la
vida) y la Razón.
Ambos son interdependientes y complementarios. La Naglowska afirmaba que la
razón está al servicio de Satán e incluso sostenía que la razón es Satán.
Existe una relación dialéctica entre Dios-Vida y Satán-Razón. La práctica
hermética tiene que enseñar el calvario de Satán, que resuelve la
relación dialéctica en una síntesis que es precisamente el Tercer Término,
el Espíritu Santo.
El elemento
ritual central de este calvario es la llamada Misa de Oro. En 1935,
María organizó reuniones para presentar los ritos preliminares de la Misa de Or,o
cuyo fin era consagrar el advenimiento del Tercer Término. La Naglowska daba mucha
importancia a un ritual extraño y siniestro, en el cual el adepto era colgado
por el cuello. Incluso dedica al estrangulamiento ritual una de sus obras más
turbadoras Le Mystère de la
Pendaison (literalmente El Misterio del Ahorcamiento)
inspirado en la carta del Tarot. Para la Naglowska esta carta era algo más que un símbolo.
En esa posición, el acto sexual parece tener una mayor intensidad traumática.
Se sabe incluso que los ahorcados experimentan una erección que llega hasta la
eyaculación en el curso de su agonía. Sería el momento en el cual, confundido
el placer con la muerte, se alcanzaría el punto álgido del calvario de
Lucifer y justo en ese punto el adepto provocaba en sí mismo el nacimiento
del Tercer Término.
LA FRATERNIDAD DE
EULIS: DE RANDOLPH A LA
NAGLOWSKA
Pascal Beverly
Randolph, tras escindirse de la Hermandad Hermética
de Luxor, constituyó su propia organización iniciática, la Fraternidad de Eulis. Tras su muerte en 1875,
Freeman B. Dowd asumió la dirección. En 1878 fundó una gran logia en Filadelfia
y en 1907, al retirarse, fue sucedido por Edward Brown.
A la muerte de
éste en 1922, el teósofo rosacruciano R.S. Clymer tomó el relevo. Nacido en
1878, Clymer fue recibido como Neófito en el seno de la F.R.C. y de la Fraternidad de Eulis
en 1897. En 1911, se instaló en Berverly Hall, donde estableció la sede de la Orden. Tuvo una agria
polémica con Spencer Lewis y su A.M.O.R.C. (Antigua y Mística Orden Rosa Cruz),
a quien acusó de falsario y mistificador.
Con otros
iniciados, Clymer construyó la F.U.D.O.S.F.I.
(Federación Universal de Ordenes,
Sociedades y Fraternidades Iniciáticas), a fin de combatir a Lewis y la
influencia de la F.U.D.O.S.I.
(Federación Universal de Ordenes y
Sociedades Iniciáticas) que éste había constituido.
La Naglowska conoció la
obra de Clymer mientras permaneció en Roma junto a Julius Evola y tuvo contactos
con la F.R.C. en
París. Sin embargo, considerando que la enseñanza sexual de Randolph estaba muy
atenuada, prefirió fundar su propia estructura iniciática, la Orden de los Caballeros de la Flecha de Oro.
Fuentes:
http://magickadiction.blogspot.com.es/2006/05/la-magia-roja.html
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